¿Qué es la piel reactiva?
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Una persona tiene piel reactiva o atópica cuando presenta una serie de síntomas que pueden ser variados pero, fundamentalmente, son sequedad o enrojecimiento en alguna zona de su cuerpo.
Esto provoca generalmente picor y que esté continuamente rascándose por la molestia del mismo. Esta dermatitis atópica no es contagiosa y es benigna, aunque con el paso del tiempo puede convertirse en algunos casos en una afección crónica.
En los últimos años los hombres, mujeres y niños afectados por este tipo de dermatitis han crecido en número por varias causas, entre ellas los productos irritantes y los factores ambientales. La afección suele actuar en forma de brote, en periodos determinados en los que la persona siente picores muy intensos que le impiden dormir o concentrarse, incluso llegando a ocasionar cuadros de ansiedad.
Las personas con piel sensible no tienen por qué ser alérgicas, simplemente presentan un tipo de piel mucho más vulnerable a los agentes externos.
Los brotes se manifiestan de diversas maneras dependiendo de cada individuo.
Una de las formas es la cuperosis, que conlleva una irritación muy notable en la que los vasos sanguíneos se dilatan y las venas se hacen muy visibles, llegando a cubrir con rojeces las zonas donde ocurre el brote. La rosácea suele notarse en el rostro, principalmente en las mejillas, pudiendo parecer que la persona esté siempre sonrojada. Por último, cabe destacar la dermatitis atópica, que suele darse en su mayoría en los niños, produciendo inflamaciones en diversas zonas de su cuerpo como en cara, piernas, manos y torso.
Es posible que la descamación, la sequedad, el picor y otras molestias en la piel sean episodios aislados. No obstante, si este tipo de manifestaciones se suceden muy a menudo, puede que exista un verdadero problema en la piel que deba tratarse lo antes posible. La piel es un órgano que actúa como medio de defensa en nuestro cuerpo y utiliza una serie de mecanismos para llevar a cabo está protección. Cuando la piel es reactiva las respuestas de este órgano suelen ser muy exageradas, y es por esa razón que se producen picores, irritaciones y tiranteces, que en ocasiones hacen que la persona se vuelva intolerante a determinados productos cosméticos o de higiene. Afortunadamente, en la actualidad es posible encontrar en el mercado diversos productos que ayudan a tratar este tipo de afección de una forma eficaz.
¿Cuáles son las causas?
Son muchas las razones por las cuales la piel de una persona puede verse dañada. Las defensas naturales de la piel que mantienen controladas las sustancias dañinas pueden debilitarse en ocasiones y producir diversos tipos de irritaciones.
En primer lugar, cabe destacar que el clima es un factor de riesgo para las personas con problemas de piel reactiva. Los efectos de la calefacción en los meses de invierno y del aire acondicionado en época estival suelen ser muy negativos para los individuos de piel sensible. Asimismo, la piel también se seca y es sensible a la contaminación ambiental producida por las emisiones de gases nocivas, humo y polvo.
Los ingredientes de los diferentes productos corporales o incluso aquellos productos con una composición química nociva utilizados para la limpieza de los diferentes espacios de una casa suelen ser una causa o cuanto menos empeorar, la piel sensible. Ocurre que muchos de estos productos dañan la superficie de la piel porque destruyen sus protecciones naturales y la dejan susceptible al daño.
En el caso de las mujeres puede existir un desequilibrio hormonal que empeore la piel sensible, ya sea el provocado por el ciclo menstrual, el embarazo, la menopausia, la pubertad o, simplemente, por el estrés.
Algunos individuos alérgicos ya son propensos a experimentar este tipo de piel tan reactiva. Estos cuadros pueden verse afectados por el contacto con animales o aparecer como reacción a la ingesta de alimentos, como pueden ser los lácteos y el gluten. En estos casos es aconsejable que, además de productos para tratar la piel sensible, se acuda al médico para controlar las diferentes reacciones alérgicas que podrían ocasionar consecuencias más graves.
Si la persona no suele seguir una buena dieta en su vida diaria, es posible que la piel se estrese y deshidrate. Una dieta equilibrada consiste tanto en comer sano como en beber mucha agua, porque la hidratación es realmente importante para el interior y para el exterior del cuerpo.
Conociendo las causas de las pieles sensibles se pueden tomar medidas rápidas para reducir los efectos negativos de este tipo de afección. Si los brotes son muy graves, siempre es recomendable hablar con un dermatólogo especializado en este tipo de cuestiones.
¿Cómo puede tratarse?
Las personas con una dermis reactiva pueden prevenir o tratar los brotes de sensibilidad mediante una serie de hábitos.
Siempre es recomendable que las duchas o baños se hagan con una temperatura del agua que no supere los 33 ºC ya que las altas temperaturas aumentan la vasodilatación. Además, la duración del baño no puede exceder los 10 minutos. Cuando se realiza la limpieza de la piel se ha de hacer sin frotar con las manos y sin utilizar esponjas ni guantes exfoliantes. El aclarado tiene que ser completo y la acción del secado con la toalla ha de llevarse a cabo suavemente.
Es muy recomendable airear la vivienda con regularidad, de esta forma se crea un entorno más agradable con una temperatura que evite la aparición de brotes en la piel. Además, se han de eliminar los ácaros, el polvo o malos hábitos que contaminen el espacio donde se permanece como son el tabaco o los perfumes muy intensos.
La ropa es otro punto importante a tener en cuenta por parte de las personas que sufren de piel sensible. Se aconseja vestir prendas de algodón, evitando los materiales sintéticos. Asimismo, la ropa se tiene que lavar con detergentes y suavizantes hipoalergénicos y evitar exponerla durante muchas horas al sol.
Durante las horas de sol más intenso es indispensable usar cremas de protección solar especialmente formuladas para este tipo de pieles. Estos productos se han de aplicar antes y después de entrar en el mar o en la piscina, puesto que la sal y el cloro son elementos irritantes para la dermis.
Puesto que en ocasiones los brotes se producen por la acción del estrés, realizar cualquier tipo de ejercicio de relajación puede reducir la ansiedad que ocasiona la sensación de picor que causan algunas de las erupciones en este tipo de pieles.
Además de llevar una dieta equilibrada en la que se consumen alimentos con Omega 3 y 6 y en la que se bebe mucha agua, es fundamental consultar con el dermatólogo para obtener los consejos necesarios que permitan seguir un tratamiento específico para la persona que sufre la afección.
En la actualidad existen marcas como la nuestra, IDP International Dermatologic Product, que se preocupan por el cuidado de las pieles sensibles, ofreciendo productos específicos que ayudan a calmar los efectos negativos. Se trata de cremas hidratantes y otros productos para utilizar en el aseo diario que respetan las pieles más castigadas. Algunas cremas, jabones o geles de afeitado están elaboradas con aceites esenciales. Destacan los jabones con aceite de grosella, aloe vera o azahar y las lociones humectantes e hidratantes para toda la familia. Complementos alimenticios como Centapil Sun contienen antioxidantes y ayudan, gracias a sus ingredientes naturales, a proteger la piel de manera eficaz.
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