¿Cómo proteger tu piel en verano?
La llegada del verano trae consigo una serie de cambios. El calor altera los hábitos de alimentación, hace que se varíe el tipo de ropa que se utiliza a diario y se pasa más tiempo en la calle, disfrutando de las horas de sol. Es muy común aprovechar el buen tiempo para ir a la piscina, tomarse unas vacaciones en la playa o en la montaña, ir a las terrazas y salir a pasear. Estar más tiempo fuera de casa supone una mayor exposición a los rayos solares, por eso hoy te explicamos cómo proteger tu piel en verano.
Índice de contenido
Por qué proteger tu piel en verano
Es muy importante proteger tu piel en verano ya que los rayos solares pueden tener un efecto muy negativo en la salud. En esta estación la exposición prolongada a las radiaciones afecta negativamente sobre tu piel y puede llegar a dañar tus células, provocando incluso enfermedades graves.
Unos minutos de sol al día son imprescindibles para mantener una buena salud. Gracias a este recibimos vitamina D, encargada de que asimilemos el calcio. Es uno de los elementos químicos imprescindibles para el correcto funcionamiento del organismo.
Sin embargo, una exposición directa de 15 minutos diarios, e incluso menos según el tipo de piel, puede llegar a desencadenar enfermedades tan serias como el cáncer. Aun en los casos menos graves el organismo sufre. La piel se quema una y otra vez y la regeneración se hace más complicada. Al poco tiempo aparecen cicatrices en forma de manchas en la piel producidas por las quemaduras. También pierde tersura y la capacidad de regenerarse se ve afectada.
Las claves para proteger tu piel en verano
Existen dos claves para proteger tu piel en verano. Una es la protección antes de recibir radiación solar y otra después. No se puede escoger entre una y otra, ambas son imprescindibles. Si tienes ambas en cuenta, las posibilidades de sufrir efectos adversos disminuyen drásticamente.
Medidas preventivas para proteger tu piel en verano
Antes de tomar el sol, incluso de salir a la calle en verano, hay que tomar una serie de medidas. Una de ellas es buscarse sombra. Hay muchos tipos diferentes de gorras, pañuelos y sombreros con los que cubrir la cabeza y proteger el rostro. Cuanto más grande sea la visera o la pamela que utilices mejor, más sombra darán.
Otra de las maneras de protegerse es utilizar ropa que cubra la mayor parte del cuerpo. Evita las camisetas de tirantes y elige aquellas que dejan al descubierto los hombros, que es donde se recibe la mayor parte de la insolación.
Si estás en bañador o quedan partes del cuerpo al descubierto, como la cara, los brazos, la nuca o las piernas, utiliza crema solar. El factor está directamente relacionado con el tiempo que protege la piel. Aun en los casos en los que la duración se estime en 8 horas, no se ha de sobrepasar nunca de las dos horas hasta la siguiente aplicación.
Si hace un calor excesivo o si eres una persona con una sudoración alta, aplica una nueva capa antes de dos horas. El agua y el sudor reducen la capacidad de actuación de las cremas solares. Algunas son específicas para el rostro. En IDP tienes algunas que puedes aplicarte antes de salir de casa. Duran mucho más tiempo que otras y ofrecen una protección total frente a las radiaciones ultravioletas A y B y también ante las infrarrojas. Además, preserva la inmunología cutánea ante las radiaciones solares.
Medidas para proteger la piel después de tomar el sol
Después de una jornada en la que se hayan recibido los rayos del sol, también hay que tomar medidas. Una de ellas es la hidratación por ingestión y por vía cutánea. Beber suficiente agua, especialmente después de tomar el sol es imprescindible. Gracias a la ingestión de líquido, las células se nutren y se mantienen sanas por más tiempo.
Lo más recomendable es beber agua, aunque también es bueno complementarla con otros líquidos, como bebidas isotónicas, té frío, zumo de frutas y otras. Con esta medida se restablecen las cantidades de agua necesarias para estar hidratados y además se devuelven las sales minerales y otros nutrientes necesarios al cuerpo.
También hay que utilizar cremas para aliviar la sequedad que produce el efecto del sol. Aunque tan solo hayas estado expuesto unos minutos es imprescindible nutrir la piel. Por supuesto, no sirve cualquier crema. Una de baja calidad puede tener un efecto casi imperceptible e incluso negativo. Las que utilices han de ser de calidad y estar testadas, para que tengas todas las garantías de que cumplirán con su cometido. Hidratar la piel es básico para devolver gran parte de la humedad a la misma.
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