Acné: causas, síntomas y tratamiento
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El acné es una inflamación de la piel caracterizada por el incremento en la producción de sebo y la obstrucción e inflamación del folículo sebáceo.
Aparece con mayor frecuencia en la cara, pero también puede generarse en otras zonas con mayor presencia de glándulas sebáceas como el pecho, el cuello, la espalda, los hombros. Afecta aproximadamente al 80% de los adolescentes, pero también puede producirse en bebés, mujeres embarazadas y personas en edad adulta, especialmente entre los 20 y los 40 años. Aunque no es una enfermedad grave, sí puede causar molestias, alteración de la imagen y problemas psicológicos en la persona que lo sufre. Si no se trata de forma adecuada se corre el riesgo de que deje cicatrices permanentes.
Causas
Se produce por la hiperactividad de las glándulas sebáceas. Por lo general, estas glándulas generan pequeñas cantidades de sebo, una sustancia espesa que contiene aceites. Pero, en ocasiones, estas glándulas producen un exceso de sebo que obstruye los folículos de la piel y permite que las bacterias se establezcan en su interior. Durante la pubertad, las hormonas estimulan la producción de sebo por las glándulas sebáceas. Estas hormonas son secretadas por el hombre y la mujer, pero se producen en mayor medida en el organismo masculino. Los brotes también aparecen durante el ciclo menstrual femenino, lo cual explica que las mujeres sufran este trastorno incluso en la edad adulta. Algunos tipos de píldoras anticonceptivas también son responsables de su aparición.
La influencia de la alimentación sobre el acné ha sido un tema controvertido, aunque recientemente la influencia de determinados alimentos va tomando importancia creciente en su efecto sobre esta afección. Por otra parte, tampoco lo produce el cabello o la piel grasa, aunque a menudo esto es un signo de hiperactividad de las glándulas sebáceas. La investigación clínica sugiere que el estrés puede agravar el problema, aunque no es la causa del mismo. Además, también existe una predisposición hereditaria. Cualquier sustancia, como determinados cosméticos que produzcan obstrucción de la piel, puede agravar esta patología. Determinados medicamentos como las vitaminas de grupo B, el litio o los corticosteroides también pueden causar este trastorno.
Acné juvenil
El acné juvenil es la forma más frecuente de esta alteración. Afecta aproximadamente al 80% de los adolescentes. Por lo general, comienza al principio de la adolescencia (12 años) mediante lesiones como puntos negros, pequeños quistes, espinillas y granos rojos en la piel. Puede durar toda la adolescencia y prolongarse en la edad adulta. Cuando es grave conlleva el riesgo de una cicatrización anómala, con presencia de nódulos rojos y quistes grandes, que pueden causar señales permanentes en la piel.
Síntomas y complicaciones
Los síntomas varían de una persona a otra y pueden manifestarse mediante las siguientes señales:
- Puntos negros del tamaño de una cabeza de alfiler que se abren sobre la superficie de la piel y no dejan cicatrices.
- Manchas o pústulas. Son el tipo más frecuente y forman las primeras lesiones. Las papulas pueden producirse por la evolución de una espinilla que impide la salida del sebo y posteriormente pueden infectarse dando lugar a las pústulas. Generalmente son de color rojo están hinchadas y contienen pus.
- Acné grave. Se produce por la evolución de las lesiones anteriormente descritas que pueden progresar hacia la curación o el empeoramiento dando en este caso lugar a quistes o lesiones rojas, inflamadas, purulentas y dolorosas al tacto. Estas lesiones profundas aparecen a menudo en la espalda y el pecho. Este tipo es el más difícil de tratar y es probable que deje cicatrices profundas de la piel. En caso de que un quiste se rompa el pus liberado originará nuevas lesiones. Si se intentan romper o manipular a menudo deja una cicatriz que puede volverse permanente.
Diagnóstico
El diagnóstico se realiza en función de las características de las lesiones. El médico suele realizar una revisión física y tomar nota del historial médico y personal para descartar otras posibles explicaciones de esta patología. A menudo, hay que valorar los productos de belleza y los medicamentos que el paciente usa.
Tratamiento contra el acné
La mayoría de los productos anunciado en publicidad contra el acné no son necesarios y, en ocasiones, pueden agravar el estado de la piel. Los productos más eficaces de tratamiento del acné son los siguientes:
Tratamientos locales
- Lociones a base de peróxido de benzoílo, ácido salicílico, ácido glicólico o azufre. Se venden sin necesidad de receta. Estos productos son agentes desecantes que abren los poros de la piel y ayudan a eliminar las células muertas. Sus efectos beneficiosos se producen después de aproximadamente 2 semanas y deben usarse continuamente para mantener su efectividad. Han de aplicarse sobre toda la zona afectada y no solo en las espinillas.
- En los casos más graves se recomienda aplicar una loción antibiótica o un producto de ácido retinoico (un derivado de la vitamina A) directamente sobre la piel.
Tratamientos orales
- Tomar anticonceptivos orales puede ayudar a regular la actividad de las hormonas que causan brotes de espinillas en algunas mujeres.
- En los casos de infección severa se recomienda tomar antibióticos orales (por ejemplo, tetraciclina o minociclina).
- Los derivados del ácido retinoico ingeridos oralmente (por ejemplo, la isotretinoína) son efectivos, sin embargo, deben prescribirse con precaución para las mujeres. Por lo tanto, es importante que el médico analice, previamente, los riesgos y beneficios de estos medicamentos.
- En el caso de que se hayan producido cicatrices los peelings bien sea con ac glicolico, ac tricloro acético o bien mediante láser.
Prevención
- Se aconseja lavar el rostro con un limpiador que ayude a controlar el exceso de sebo.
Secar la piel con una toalla limpia y no frotarla nunca. - Abstenerse de tocar, aplastar, apretar o reventar las espinillas.
- Usar una toalla nueva y limpia cada día. Se aconseja el cambio frecuente de la almohada.
- Usar solo productos de belleza que no obstruyan sus poros.
- Lavar el pelo con champú al menos dos veces por semana.
- Eliminar lo antes posible el sudor y el sebo que se extienda por la piel.
- Aunque los alimentos no producen espinillas, si se observa que aumenta tras el consumo de algún alimento, evitarlo en lo sucesivo.
Mascarillas para el acné
La piel con espinillas necesita un cuidado específico para eliminar el exceso de sebo y las células muertas de la piel. Por ello, requiere productos que purifiquen y desinfecten la zona afectada. En el mercado podrás encontrar soluciones de todo tipo pero lo cierto es que debes acudir a aquellas más especializadas pues no hay que olvidarse que estamos hablando de un problema dermatológico que de no tratar adecuadamente puede dejarnos marcas de por vida.
Desde IDP Dermocosmética te recomendamos que para tratar esta afección acudas a productos naturales como nuestro Jabón Natural Efecto Mascarilla Anti Acné con Aceite de Pepino. Este limpiador facial está especialmente indicado para pieles grasas y acneicas. Su esponja maleable se adapta a los contornos del rostro para una mejor limpieza. Además, este jabón también puede utilizarse como desmaquillante y limpiador facial.
Además de utilizar mascarillas es importante que mantengas tu cara lo más higiénica posible y esto solo puede conseguirse con un gel limpiador especializado como MS Gel Limpiador Purificante. Este gel transparente está diseñado para la limpieza tensioactiva de la piel facial. Sus activos antibacterianos regulan la descamación y favorecen la renovación cutánea. Su suave efecto exfoliante limpia la piel con suavidad evitando las irritaciones. Un gel perfecto para controlar el acné.
Estos productos se deben utilizar todos los días pues están especialmente indicados para ello. Además de estas soluciones dermatológicas especializadas puedes hacer tus propias mascarillas para el acné con ingredientes totalmente naturales en casa. Eso sí, estas mascarillas naturales para combatir el acné deben aplicarse una vez a la semana. Si tienes la piel muy grasa, incluso puedes aplicarlas dos veces por semana.
Modo de aplicar las mascarillas: lavar la cara y exfoliar suavemente con un poco de sal o azúcar dando un masaje en forma de círculos. Profundizar sobre las áreas grasas pero evitar raspar la piel donde están las espinillas. Enjuagar nuevamente la piel con agua y secar bien. Aplicar la mascarilla evitando el área de los ojos y dejar actuar durante 20 minutos. Después lavar y secar la cara y aplicar inmediatamente una loción humectante no grasa. Si la piel es excesivamente grasa, aplicar solo una pequeña cantidad de aloe vera natural en un plazo no superior a los 7 días.
Mascarilla de aloe vera y limón
El aloe vera es una planta conocida por sus propiedades hidratantes y curativas. Se puede encontrar en herboristerias o tener una planta en casa de forma que podamos usar sus tallos cuando los necesitemos.
Preparación: Pelar el tallo de aloe vera y extraer la masa gelatinosa. Mezclar con el zumo de limón. Batir bien los ingredientes, agregando más zumo de limón o más aloe vera hasta obtener la consistencia adecuada para la mascarilla y aplicarla sobre el rostro.
Mascarilla de arcilla verde
La arcilla verde ayuda a eliminar las toxinas de la piel y reduce la inflamación.
Preparación: mezclar el polvo de arcilla verde con agua tibia hasta obtener una textura fácil de extender y que no gotee. Usar siempre utensilios de vidrio, madera o cerámica y evitar el plástico o el metal.
Mascarilla de levadura de cerveza y clara de huevo
Esta mascarilla combina las virtudes de ambos alimentos, que son excelentes para todo tipo de piel, especialmente para las que tienden a acumular grasa.
La levadura ayuda a purificar las toxinas que se acumulan en la piel y es rica en minerales como el silicio, que mantiene la piel firme y joven. Por su parte, la clara de huevo aporta firmeza y también reduce el exceso de sebo.
Preparación: Mezclar ambos ingredientes hasta obtener una textura consistente y aplicar sobre la piel.
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